En Honduras se producen unas
cinco mil toneladas diarias de basura; las ciudades de San Pedro Sula, Tegucigalpa,
reportan las mayores cantidades. Se estima que ambas municipalidades aportan el
38% de la cantidad de residuos sólidos, equivalente a 1,726 toneladas/día, las
municipalidades medianas alrededor de una 20 en total, aportan el 34% de la
cantidad total, el resto de municipalidades en su mayoría son pequeñas o
micros, aportan el 27%. Los estudios existentes muestran un predominio de los
residuos sólidos orgánicos (47.2%).
Los impactos
ambientales ocasionados por el manejo inadecuado de los residuos sólidos en el
país se extienden desde el nivel doméstico hasta el nivel local y regional. Los
estudios realizados en torno a la temática de los botaderos denotan impactos
relevantes en suelos, cuerpos de agua superficiales y subterráneos, impactos
escénicos y pérdida de plusvalía de las áreas, proliferación de vectores.
Es evidente la falta
de una cultura y actitud positiva de la población para el manejo apropiado de
la basura, o Residuos Sólidos, que es la expresión más apropiada. Nuestras
ciudades, con pocas excepciones, están sucias o parcialmente sucias, la
chatarra automotriz está dispersa y en forma visible. En el país todavía no se
clasifican los residuos sólidos en el punto de origen para incrementar su
reciclaje y generar beneficios sociales y económicos.
Lo que es
un gran problema ambiental y de salud, se puede revertir en una solución que
mejore las condiciones de vida de las personas involucradas en el manejo de la
basura a través de la generación de empleos, obtención de ingresos y de hábitos
que mejoren sus medios de vida y de la sociedad en general, mejorando las
condiciones sanitarias y reduciendo de forma significativa la contaminación del
aire, suelo, aguas y aire.
Con una
buena gestión, la mayoría de residuos se pueden valorizar, promoviendo fuentes
de trabajo. Aún aquellos residuos considerados peligrosos se pueden manejar de
forma que se reduzca su peligrosidad. En pocos meses, los residuos
biodegradables se convierten en abono orgánico y los peligrosos son tratados y
dispuestos en forma y lugares seguros.
La propuesta de Ley de Gestión Integral de Residuos
Sólidos forma parte de una solución sistemática a la problemática nacional, su
formulación surge de un proceso integral y participativo, liderado por la
Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas (MI AMBIENTE) a través de la
Comisión Interinstitucional para el Manejo Integral de Residuos Sólidos
(CIMIRS), y con el apoyo del Proyecto COPs 2, de la Agencia de Cooperación
Internacional del Japón (JICA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
y la Asociación de los Municipios de Honduras (AMHON), con el objetivo de
contribuir a la armonización de marco legal y fortalecimiento del sector.
Contar con una ley de gestión integral de residuos sólidos nos
permite sentar las bases para resolver el problema, lo cual nos da un horizonte
claro hacia dónde enfocar esfuerzos, partiendo por crear y/o mejorar la
normativa actual vigente, así como desarrollar en la institucionalidad pública
la capacidad de coordinar con todos los actores que tienen competencia en la
gestión de residuos.
El desafío más grande que tiene esta ley, es
desarrollar esquemas que, al mismo tiempo que resuelve los graves problemas que
conllevan la generación y el manejo inadecuado de residuos sólidos, atienda la
necesidad que tiene el país de un desarrollo sostenible, incluyente y
equitativo, que reduzca los niveles de pobreza, que fomente la creación de
fuentes de ingreso y de empleos, que eleve la competitividad de los sectores y
que mejore el desempeño ambiental de todos los actores y sectores sociales que
generan y manejan residuos sólidos.
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