Consumo y producción sostenible

Según el Informe Cumbre Rio+20 El Futuro que Queremos, recordamos los compromisos asumidos en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, el Programa 21 y el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo relativos a la producción y el consumo sostenibles, y en particular, la solicitud que figura en el capítulo 3 del Plan de Aplicación, de alentar y promover la elaboración de un marco decenal de programas. Reconocemos que es indispensable lograr cambios fundamentales en la manera en que las sociedades consumen y producen para lograr el desarrollo sostenible mundial.

A partir de esto se adopto el marco decenal de programas sobre modalidades de consumo y producción sostenibles, donde nuestro país tuvo poco avance en comparación con otros países de la región, sin embargo comienza en el año 2011 a elaborar un Diagnóstico del marco legal e institucional para la promoción del Consumo y Producción Sustentable en Honduras, posteriormente en el año 2013 se firma un convenio de cooperación y asistencia técnica entre la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas y la Fundación Centro de Gestión Tecnológica e Informática Industrial (CEGESTI), el cual tenía como Objetivo General; Implementar una Política Institucional de Compras Públicas Sustentables, documento que actualmente se encuentra en calidad de borrador.

Política y Manual Institucional de Compras Públicas Sostenibles de Mi Ambiente

Compras Públicas Sostenibles

Las Compras Públicas Sostenibles han alcanzado gran relevancia en los últimos años enmarcadas dentro del concepto de desarrollo sostenible, mediante el cual se busca satisfacer las necesidades actuales de las personas sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para solventar las suyas.
La preocupación por el balance entre las actividades humanas y el ambiente, así como por las desigualdades sociales, ha originado varias cumbres mundiales a través de 40 años.

Uno de los principios definidos en la Declaración de Río en el año 1992, indica que para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas, los Estados deberían  reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo insostenibles.

En la última cumbre en Río, en el año 2012, se acuñó un concepto complementario: “economía verde”, que según la definición de Naciones Unidas  es una economía que debe mejorar el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas; de este modo, una economía verde sería aquella que muestra bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente incluyente (por lo tanto, el tipo de economía que permitiría alcanzar el desarrollo sostenible).

Para lograr la transición hacia este nuevo tipo de economía, se requieren cambios en las condiciones actuales: normativas, subsidios, políticas; los cuales favorezcan la realización de las inversiones necesarias, así como un mercado receptivo, entre otros cambios. 


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